El envejecimiento saludable consiste en un proceso continuo, en el cual se optimizan las oportunidades de mejorar y mantener unos niveles de salud física y mental, independencia y con ello una calidad de vida adecuada y constante en el tiempo. Teniendo esta mentalidad en cuenta, es un momento en el que mantener o buscar un crecimiento personal, una mayor participación social y con ello lograr un mayor bienestar.
Para ello, como aspectos estructurales clave a tener en cuenta, contamos con los siguientes:
- Cambiar la mentalidad de las personas, en cuanto a como afrontar el envejecimiento y sobre como el resto de miembros de la sociedad tratan e interactúan con ellas.
- Dar la posibilidad y fomentar que las personas mayoras tengan un espacio relevante en la sociedad y no queden relegados a un segundo lugar.
- Tener una atención y un cuidado a lo largo del tiempo en el que se cubran sus necesidades, teniendo en cuenta la particularidad de cada persona.
A nivel particular, cada persona puede influir en su viaje hacia la vejez para que esta se produzca de la manera más saludable y sencilla. De esta manera, los aspectos en los que se puede incidir para retrasar o prevenir un alto deterioro en la salud, son muy variados:
- Realizar ejercicio físico y ejercicios de fuerza.
- Mantener una alimentación variada.
- Cuidar de la salud mental.
- Realizar un buen descanso durante la noche.
- Reducir el aislamiento social y la soledad, interactuando en la mediada de lo posible con familiares, amigos, en actividades o entornos sociales.
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